Cuatro meses después de la muerte de Muammar Gaddafi, la situación en en Libia sigue siendo convulsa. El alto comisionado de DD.HH de la ONU, ha denunciado violaciones de derechos universales y llama la atención sobre la incapacidad de las autoridades locales para controlar a las milicias, que mantienen en centros de detención a más de 8000 personas, la mayoría libios que se niegan a reconocer al nuevo poder.
El enviado de la ONU a Libia, Yan Martin, afirmó que "no se ve un proceso democrático limpio en el país, donde se han registrado varios casos de violencia".
Una de las pruebas más evidente de cómo Libia se sumerge en el caos, está en la suspensión parcial de la misión de Médicos sin Fronteras en el país. Los voluntarios denunciaron que se vieron obligados a atender en reiteradas ocasiones, a presos torturados en vez de curar a las víctimas del conflicto.
"Les trajeron para que recibieran atención luego de ser sometidos a diversos interrogatorios. La idea es que estuvieran aptos para otros posteriores. Esto es inaceptable. Nuestra tarea consiste en brindar atención médica a los heridos de guerra y a los presos con enfermedades, no a tratar a víctimas de sesiones de tortura en reiteradas ocasiones", dice el director general de DWB, Christopher Stokes.
El Gobierno se lava las manos en este caso, limitándose a prometer investigar las denuncias y atenerse a la línea de valores democráticos. Así las cosas, los reproches que se emiten desde tribunales que están a miles de kilómetros y las denuncias de voluntarios que no tienen poder administrativo valen poco en un lugar donde reina el desorden.
"Libia, un modelo de intervención"
Según sostienen analistas, "las torturas se han multiplicado en el país desde que empezó la invasión de la OTAN. Por su parte la organización ha descartado cualquier otra intervención en ese país norteafricano. Según su máximo responsable, Anders Fogh Rasmussen, la alianza cumplió con éxito su misión, que tenía por objetivo principal proteger a la población civil.
Sin embargo, el periodista español y experto en derechos humanos, Iñaki Errazkin, comentó a RT que el caso de Libia no es "una guerra civil nacida del pueblo" sino que se trata de "una acción creada".
"Se han descubierto unos papeles escritos por la CIA en los que se daban instrucciones sobre como debía actuar la guerrilla urbana para generar tensiones dentro del país", explica el experto. "Libia ha sido uno de los primeros países modelo para la OTAN para llevar a cabo una operación mucho más amplia. En Siria se está creando una falsa guerra también, se está provocando desde exterior".
En este sentido Ali Alkasih, testigo de la campaña de la OTAN en Libia, comento: "Yo fui testigo directo de asesinatos de gente. De 51 personas. El menor de todos tenía sólo 15 años. Ellos tienen que ser llevados ante la justicia, caso de que aún quede justicia en éste mundo".
Artículo completo en:http://actualidad.rt.com/actualidad/internacional/issue_36272.html
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