Cartel político: «Pueblo y Ejército. Combatir juntos el terrorismo y construir el futuro de Siria». La creación de las Fuerzas de Defensa Nacional (milicias populares que garantizan la defensa de sus propio barrios) ha provocado un cambio espectacular de la situación a favor del Estado sirio.
El Ejército Árabe Sirio recupera el control del 80% del territorio nacional
Por Ghaleb Kandil
Las noticias y artículos de prensa occidentales subrayan la estampida de las bandas terroristas en Siria y las disensiones que están minando sus filas. Al mismo tiempo, las fachadas políticas de los opositores sirios fabricados por Occidente están en quiebra.
Los últimos acontecimientos registrados en el terreno muestran el avance del Ejército Árabe Sirio, que ha recuperado el control de numerosas regiones donde habían aparecido bastiones rebeldes, hoy liquidados. Según las informaciones publicadas en la prensa occidental, los grupos terroristas, apadrinados por Turquía y las petromonarquías del Golfo y manipulados por Estados Unidos, llegaron a reunir decenas de miles de terroristas multinacionales. Miles de ellos han resultado muertos durante las ofensivas del ejército sirio mientras que otros se pierden ahora en luchas intestinas después de sus fracasos estratégicos. Los reporteros occidentales «incrustados» en los grupos terroristas no han podido disimular este desmoronamiento ni los sangrientos combates internos por la repartición del fruto del pillaje y las municiones, provocados sobre todo por la falta de financiamiento que ya comienza a hacerse sentir. Y como si fuera poco, también comienzan a hacerse sentir en diferentes regiones «disensiones ideológicas y políticas» promovidas por los elementos del Frente al-Nusra –vinculado a al-Qaeda– que quieren liquidar a todos sus competidores.
Los informes occidentales reconocen que el Estado sirio ha extendido su control a amplias regiones y que, contrariamente a ciertas informaciones, el gobierno parece controlar ahora el 80% del territorio nacional, así como todas las grandes ciudades y sus alrededores. Los enfrentamientos con las bandas terroristas se concentran ahora en las zonas cercanas a la frontera turca en las provincias de Idlib y Alepo y a ciertos bastiones limítrofes con el Líbano, en las zonas que circundan Damasco y Homs.
La decisión de crear fuerzas populares que sirven de apoyo al ejército, llamadas Fuerzas Nacionales de Defensa y conformadas con reservistas, constituye un movimiento estratégico cuyas resultados ya empiezan a verse en el terreno. En Alepo, por ejemplo, en una semana 20 000 jóvenes se enrolaron en las filas de la Guardia Republicana desde que los reclutas fueron autorizados a prestar servicio en sus regiones de origen.
Estas Fuerzas de Defensa son un símbolo de la unidad nacional, uno de los factores indispensables para ganar la guerra contra el terrorismo.
Les informes estratégicos occidentales e israelíes aseguran que a lo largo de su resistencia a la guerra terrorista, planificada y financiada por las potencias coloniales e imperialistas, el ejército sirio ha logrado mantener intactas sus unidades militares encargadas de enfrentar cualquier ofensiva terrestre israelí o cualquier tipo de intervención extranjera, o sea que ha conservado sus capacidades estratégicas de defensa nacional.
Además de las capacidades del Estado sirio, los aliados de Damasco han incrementado y adaptado su ayuda multiforme en el marco de una relación de socios para así contrarrestar los planes hegemónicos de los estadounidenses y los occidentales.
El jefe del Estado Mayor Interarmas de Rusia advirtió contra toda veleidad de intervención militar extranjera en Siria, que provocaría una catástrofe a escala regional. El general Valery Guerasimov declaró que su país vigila de cerca el despliegue de las baterías de misiles Patriot en Turquía: «Nuestros socios han anunciado que esos misiles no serán utilizados para establecer una zona de exclusión aérea sobre Siria», dijo el general en conferencia de prensa, al término de una reunión del Consejo Rusia-OTAN en Bruselas. «La posición de Rusia consiste en dejar que los sirios resuelvan la crisis y Moscú rechaza toda injerencia extranjera, que resultaría catastrófica para la región», agregó.
Irán, por su parte, puso en aplicación su compromiso de respaldar al gobierno y el pueblo sirios a través de la firma de un acuerdo que concede a Damasco un préstamo de hasta mil millones de dólares con tasas de interés preferenciales.
Ante estas realidades imposibles de ignorar, los occidentales están en busca de una estrategia de retirada, aunque aún se niegan a reconocer su derrota.
Así que los próximos meses traerán muchos cambios, caracterizados por el fortalecimiento del control del Estado sirio sobre el conjunto del territorio nacional y el retroceso de los terroristas. Esa inevitable ecuación obligará a Washington a aceptar los mecanismos destinados a poner fin a la violencia, que incluyen obligatoriamente el cese del financiamiento y de la entrega de armamento a los grupos terroristas.
Por Ghaleb Kandil
Las noticias y artículos de prensa occidentales subrayan la estampida de las bandas terroristas en Siria y las disensiones que están minando sus filas. Al mismo tiempo, las fachadas políticas de los opositores sirios fabricados por Occidente están en quiebra.
Los últimos acontecimientos registrados en el terreno muestran el avance del Ejército Árabe Sirio, que ha recuperado el control de numerosas regiones donde habían aparecido bastiones rebeldes, hoy liquidados. Según las informaciones publicadas en la prensa occidental, los grupos terroristas, apadrinados por Turquía y las petromonarquías del Golfo y manipulados por Estados Unidos, llegaron a reunir decenas de miles de terroristas multinacionales. Miles de ellos han resultado muertos durante las ofensivas del ejército sirio mientras que otros se pierden ahora en luchas intestinas después de sus fracasos estratégicos. Los reporteros occidentales «incrustados» en los grupos terroristas no han podido disimular este desmoronamiento ni los sangrientos combates internos por la repartición del fruto del pillaje y las municiones, provocados sobre todo por la falta de financiamiento que ya comienza a hacerse sentir. Y como si fuera poco, también comienzan a hacerse sentir en diferentes regiones «disensiones ideológicas y políticas» promovidas por los elementos del Frente al-Nusra –vinculado a al-Qaeda– que quieren liquidar a todos sus competidores.
Los informes occidentales reconocen que el Estado sirio ha extendido su control a amplias regiones y que, contrariamente a ciertas informaciones, el gobierno parece controlar ahora el 80% del territorio nacional, así como todas las grandes ciudades y sus alrededores. Los enfrentamientos con las bandas terroristas se concentran ahora en las zonas cercanas a la frontera turca en las provincias de Idlib y Alepo y a ciertos bastiones limítrofes con el Líbano, en las zonas que circundan Damasco y Homs.
La decisión de crear fuerzas populares que sirven de apoyo al ejército, llamadas Fuerzas Nacionales de Defensa y conformadas con reservistas, constituye un movimiento estratégico cuyas resultados ya empiezan a verse en el terreno. En Alepo, por ejemplo, en una semana 20 000 jóvenes se enrolaron en las filas de la Guardia Republicana desde que los reclutas fueron autorizados a prestar servicio en sus regiones de origen.
Estas Fuerzas de Defensa son un símbolo de la unidad nacional, uno de los factores indispensables para ganar la guerra contra el terrorismo.
Les informes estratégicos occidentales e israelíes aseguran que a lo largo de su resistencia a la guerra terrorista, planificada y financiada por las potencias coloniales e imperialistas, el ejército sirio ha logrado mantener intactas sus unidades militares encargadas de enfrentar cualquier ofensiva terrestre israelí o cualquier tipo de intervención extranjera, o sea que ha conservado sus capacidades estratégicas de defensa nacional.
Además de las capacidades del Estado sirio, los aliados de Damasco han incrementado y adaptado su ayuda multiforme en el marco de una relación de socios para así contrarrestar los planes hegemónicos de los estadounidenses y los occidentales.
El jefe del Estado Mayor Interarmas de Rusia advirtió contra toda veleidad de intervención militar extranjera en Siria, que provocaría una catástrofe a escala regional. El general Valery Guerasimov declaró que su país vigila de cerca el despliegue de las baterías de misiles Patriot en Turquía: «Nuestros socios han anunciado que esos misiles no serán utilizados para establecer una zona de exclusión aérea sobre Siria», dijo el general en conferencia de prensa, al término de una reunión del Consejo Rusia-OTAN en Bruselas. «La posición de Rusia consiste en dejar que los sirios resuelvan la crisis y Moscú rechaza toda injerencia extranjera, que resultaría catastrófica para la región», agregó.
Irán, por su parte, puso en aplicación su compromiso de respaldar al gobierno y el pueblo sirios a través de la firma de un acuerdo que concede a Damasco un préstamo de hasta mil millones de dólares con tasas de interés preferenciales.
Ante estas realidades imposibles de ignorar, los occidentales están en busca de una estrategia de retirada, aunque aún se niegan a reconocer su derrota.
Así que los próximos meses traerán muchos cambios, caracterizados por el fortalecimiento del control del Estado sirio sobre el conjunto del territorio nacional y el retroceso de los terroristas. Esa inevitable ecuación obligará a Washington a aceptar los mecanismos destinados a poner fin a la violencia, que incluyen obligatoriamente el cese del financiamiento y de la entrega de armamento a los grupos terroristas.
La tendencia en el Líbano
¿Quién trató de asesinar a Faisal Karamé?
Por Pierre Khalaf
El ministro libanés de Juventud y Deportes, Faisal Karamé, heredero político de una de las grandes familias sunnitas y decidido partidario de la resistencia anti-israelí, escapó el viernes 18 de enero de 2013 a un intento de asesinato que dejó 5 heridos entre los miembros de su escolta. Según el señor Karamé, el objetivo del atentado era desestabilizar la ciudad libanesa de Trípoli.
El ataque se produjo cerca de la Place al-Nour, donde realizaban un sit-in familias y amigos de los extremistas islamitas libaneses muertos en Tall Kalakh, en territorio sirio. Al paso del convoy del ministro del ministro libanes se produjeron un nutrido fuego de armas automáticas y una explosión. Un vehículo todoterreno se incendió al ser alcanzado de lleno por la explosión de una granada.
Al darse a conocer la noticia, una multitud de encolerizados partidarios de Karamé se dirigieron hacia la residencia de la familia del ministro, donde el ejército libanes desplegó refuerzos para prevenir cualquier incidente.
El señor Karamé ha declarado que no puede acusar «a nadie, por el momento». «Nuestra familia ya dio un mártir [En 1987, su tío, el entonces primer ministro Rachid Karamé, fue asesinado por el jefe de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, quien incluso fue reconocido culpable de ese crimen.] al Líbano y está dispuesta a hacerlo nuevamente», declaró el ministro. Según el señor Karamé, el objetivo del ataque fue «desestabilizar la situación en el país y, sobre todo, la seguridad de la ciudad de Trípoli». «Estaba en mi auto cuando empezaron a oírse disparos provenientes de todas partes. Después, hubo un disparo de cohete Energa contra uno de los autos de mi convoy, que se incendió totalmente. Cinco de mis chababs [hombres] fueron alcanzados. No sé si podemos designar este incidente con otro calificativo que no sea el de “intento de asesinato”.» Al llamar a sus partidarios a la calma, el ministro indicó que «algunos quieren llevar el país a la guerra civil». «Hay que preservar la seguridad en Trípoli ya que tenemos que seguir viviendo en nuestra ciudad. Me atacaron porque represento la voz de la moderación y porque siempre digo que Trípoli no pertenece a los extremistas», señaló también el señor Karamé.
El ministro del Interior Marwan Charbel ha declarado que la deterioración de la situación del Líbano en materia de seguridad está vinculado a factores extremos, lo cual explica que el Estado libanés no logre controlar totalmente la situación. «Estamos ante la peor crisis desde 1948. No tenemos más alternativa que la solidaridad para enfrentar esta situación», agregó. El señor Charbel aseguró que los atacantes serán arrestados. «Mientras más tardemos en controlar la situación en materia de seguridad en la ciudad, más difícil será para los políticos el control de los elementos armados».
Pierre Khalaf
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