lunes, 29 de octubre de 2018

Jamal Khashoggi – “El ex-terrorista de al-Qaeda que hoy todo el mundo llora”

Redactado por el Periodista Alberto García Watson

La trágica muerte del columnista saudí del Washington Post, Jamal Khashoggi ha abierto el tarro de las esencias en relación a la defensa de la libre expresión y del respeto por los trabajadores de la información.

Jamal Khashoggi es presentado por los medios internacionales como la última víctima de la persecución por motivos políticos, un periodista crítico con el régimen saudí y con su campaña de bombardeos indiscriminados contra Yemen, la normalización de las relaciones entre Arabia Saudí y el régimen israelí, la condena al bloqueo y aislamiento al que la monarquía saudí somete a Qatar así como una supuesta y enconada defensa de la causa palestina.

Los líderes mundiales estudian sancionar al régimen saudí por dicho crimen, alineándose en la postura de la suspensión en la venta de armas a dicho reino.
Angela Merkel ha liderado esta postura en Europa, aunque se ha quedado sola en la suspensión en la venta de armas al régimen de Riad. Londres, París y Berlín han expresado su más rotunda condena por este crimen exigiendo una “aclaración urgente de lo sucedido”.

España en cambio mantendrá la exportación a los saudíes de bombas inteligentes, como la que se usó recientemente en el bombardeo a un autobús escolar en Yemen y que acabó con la vida de cerca de 50 niños y que las autoridades saudíes siguen justificando como un objetivo legítimo. Las pistolas españolas, marca Astra, Star y Llama son las favoritas de los terroristas de ISIS y de las diferentes franquicias “moderadas” de Al-Qaeda y aquí todos saben quién le facilita el armamento a los mercenarios yihadistas combatiendo en Siria. O las corbetas que Navantia construye en Cádiz que son del tipo que la coalición liderada por Riad utiliza para bloquear los puertos de entrada en Yemen de la ayuda humanitaria y los medicamentos que la población civil yemení precisa en lo que las NNUU han señalado como la peor catástrofe humanitaria del planeta, donde y según la ONU, un niño muere de hambre cada 10 minutos, yá se han registrado más de un millón de casos de cólera y la brutal hambruna que afecta a la mitad de la población yemení viene agravada por el criminal bloqueo saudí.

Este hecho no parece alarmar a las democracias occidentales a pesar del grado de la tragedia, en cambio la muerte de un periodista activa todas las alarmas y convierten su ejecución en el magnicidio del siglo.
¿Quien es realmente Jamal Khashoggi cuyo asesinato recibe hoy mayor condena internacional que el mismo asesinato de Martin Lutter King?.

Khashoggi no es como la prensa internacional lo pretende retratar, sobrino del famoso traficante de armas, Adnan Khashoggi (involucrado en el famoso escándalo Irán-Contra), Jamal viajó a Afganistán en los años ´80 para unirse a Bin Laden en su combate al gobierno revolucionario de Kabul y a las tropas soviéticas, llamadas a defender la revolución afgana de los ataques de los EEUU y sus proxys yihadistas.



Ya y en tiempos más recientes, Khashoggi se convirtió en el hombre de confianza del príncipe Al-Waleed bin Talal, una de las muchas familias de la casa real enfrentadas con el actual heredero de la casa Saud, Mohammed Bin Salman (a quien todos los analistas señalan como responsable de la muerte por encargo de Jamal Khashoggi).

Tweets como el que Khashoggi publicó recientemente en su cuenta y en el que enaltecía las decapitaciones de ISIS en Alepo, por el supuesto efecto intimidatorio a las fuerzas de un “régimen”, que como alardeaba en sus artículos de opinión en The Washington Post, tenía sus días contados.
Khashoggi no ocultaba su vinculación con la “Hermandad Musulmana”, (doctrina de corte salafista), lo que explica su proximidad al régimen de Erdogan así como su enconada condena del aislamiento al que Arabia Saudí somete a Qatar (principal patrocinador de los hermanos Musulmanes en todo el mundo) así como instigador de los movimientos yihadistas en Oriente Medio.

Jamal Khashoggi nunca fue un activista por los derechos humanos, la apertura democrática en Arabia Saudí, los derechos de la mujer o la libertad de expresión, este amigo del yihadismo en su momento y como funcionario en Arabia Saudí, ofició como censor, editando y cercenando los principios más elementales de la libertad de expresión y pensamiento, en un país que se rige aún hoy por una legislación cuasi medieval.

Lo que realmente resulta insultante es la hipocresía de países como España que se indignan por la muerte de un controvertido periodista como Jamal Khashoggi, prometiendo estudiar futuras medidas que sancionen dicho crimen pero que “priorizan” en la situación de miles de trabajadores españoles a la hora de mantener el lucrativo negocio y el cuarto puesto del ranking mundial en la exportación de armas, en su mayoría a países que violan los derechos humanos.

No es un secreto que las relaciones de la Casa Real española y la saudí, son intocables, demasiados favores le debe el Emérito al régimen de Riad, que lo sacó de la absoluta miseria para convertirlo en una de las mayores fortunas según Forbes.

Para aquellos que siguen cacareando que los trabajadores de Navantia representan la prioridad de la clase política española e incluso de la progresía, tan sólo recordarles unos datos, los bombardeos a Yemen de la coalición liderada por Arabia Saudí ha destruido hasta la fecha 421.911 viviendas, 930 mezquitas, 888 escuelas, 327 hospitales y centros sanitarios a la vez que ha provocado el desplazamiento forzoso de más de cuatro millones de civiles en 3 años de cruenta agresión del país más rico de Oriente Medio contra el país más pobre de la región. Pero no, las presuntas sanciones a Arabia Saudí, vendrán de la mano como consecuencia de un ajuste de cuentas por parte de un país al que una familia le ha puesto su nombre y que compra voluntades bajo la amenaza del cierre del grifo del oro negro, cuya hegemonía es al día de hoy es insustituible










https://topeteglz.org/2018/10/25/jamal-khashoggi-el-ex-terrorista-de-al-qaeda-que-hoy-todo-el-mundo-llora/

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