Durante unas amplias operaciones en la provincia de Idlib, sita en el noroeste de Siria y cerca de la frontera con Turquía, el Ejército sirio ha acabado con la vida de al menos 600 terroristas.
En estas operaciones, cientos de insurgentes armados han resultado heridos y decenas más han sido capturados por las fuerzas sirias. Además, el líder de uno de los grupos terroristas, Hasan al-Dali, ha sido eliminado.
Por otra parte, han estallado varios enfrentamientos mortales entre las fuerzas del Ejército sirio y el autodenominada Ejército Libre Sirio (ELS) en el sureste de la capital del país, Damasco.
Asimismo, la explosión de una bomba colocada en las cercanías del santuario de Hazrat Zainab (AS), ubicado en las afueras de Damasco, ha dejado hoy miércoles 10 muertos y al menos 30 personas han resultado heridas.
Como consecuencia de los conflictos entre las fuerzas del presidente sirio, Bashar al-Asad, y los miembros de la oposición en una zona de la provincia Rif Damasco (Damasco Rural), donde los terroristas mantienen el control, al menos 30 de los insurgentes perdieron la vida.
Hace ya 19 meses que Siria está sumergida en violencia perpetrada por los insurgentes, que reciben financiamiento desde el extranjero. Miles de muertos, entre ellos civiles y miembros de las fuerzas gubernamentales, son el fruto de estos actos terroristas.
La injerencia de algunos países occidentales y regionales que brindan abiertamente su apoyo financiero, armamentístico y logístico a los opositores sigue empeorando la situación en el país árabe.
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