domingo, 27 de mayo de 2018

BLOQUEO NAVAL contra la inmigración ilegal por ideadestra

Traducción de Última Hora Jihad
PERO QUEREMOS DEJAR DE BURLARNOS DE NOSOTROS? CADA MES QUE PASA, AÑO TRAS AÑO, SE NOS PROMETE QUE EL FLUJO MIGRATORIO SE DETENDRÁ, LO QUE DISMINUIRÁ LA MULTITUD DE PERSONAS QUE SE EMBARCARON EN EL MEDITERRÁNEO, O QUE SERÁ REPATRIADO DESPUÉS DE CONFIRMAR QUE NO ES DE REFUGIADOS POLÍTICOS, SINO INMIGRANTES ILEGALES SENCILLA ECONÓMICA. PERO NO ES VERDAD, SOLO SON INTENCIONES PIADOSAS O MENTIRAS PURAS Y SIMPLES.
Los barcos de las ONG (organizaciones no gubernamentales) compiten para recoger a los inmigrantes bajo las costas de Libia, como lo han demostrado los Gps de sus barcos. En los primeros meses de 2017, el número de inmigrantes ilegales que llegan a nuestras costas aumentó en un 30% en comparación con el período correspondiente de 2016. El Gobierno ha previsto en los próximos Dff 4.600 millones para una recepción que solo sirve para engrosar una maleza entera de asociaciones y cooperativas rojas y blancas, sin producir ninguna forma de integración sostenible. Incluso los propósitos humanitarios de las operaciones de rescate en el mar han sido desenmascarados por la inmensa realidad de los números: desde que comenzaron estas operaciones, el número de muertos y desaparecidos ha aumentado exponencialmente, como un efecto de la ilusión de un aterrizaje fácil en los brazos de los italianos. Finalmente, las últimas noticias son que durante el período de Pascua, solo 8.500 personas desesperadas del Mediterráneo fueron llevadas a Italia.
Queremos continuar así? Y de nuevo por cuanto tiempo? Dónde queremos llegar a un país como el nuestro, impuesta por Europa devastada por maniobras financieras, sin trabajo para sus hijos, sin recursos para preservar el bienestar ahora exclusiva de los recién llegados, hundiéndose en la inseguridad y la degradación, ¿En qué pesa objetivamente la enorme masa de personas desesperadas que deambulan por nuestras ciudades?
No vengas a decirnos que no hay nada que hacer, que la inmigración es una señal inevitable de nuestro tiempo, que no somos buenos cristianos si no aceptamos todo esto con alegría. Cuando los alemanes, los turcos y los húngaros quisieron bloquear el camino de la inmigración que cruzaba la península de los Balcanes, lo lograron en unos pocos meses. Nadie quiere evitar la inmigración fisiológica y regular, pero la invasión que estamos sufriendo puede y debe ser detenida.
¿Cómo? Como siempre se ha hecho en estas circunstancias: con un bloqueo naval frente a las costas de Libia y el norte de África. Un bloqueo naval que detiene a los barcos que acababan de entrar en el mar, que arresta a los contrabandistas y que con personal especializado traen de vuelta esos barcos de donde vinieron. ¿Cuánto tiempo enfrentaría el éxodo medidas como estas? Una semana, un mes, tal vez un poco más. El transporte de inmigrantes es un negocio enriquecido por nuevos traficantes de esclavos (a menudo vinculados a organizaciones fundamentalistas) y profesionales de la recepción: cuando este tráfico se vuelve demasiado difícil y peligroso, deja de ser interesante para quienes desean hacer negocios.
Última pregunta: ¿Italia puede organizar una operación de este tipo? Sí, sin duda sería menos costoso que los rescates en el mar y la recepción comenzó con "Mare Nostrum". Podría ser la única forma de obligar a quienes manejan las zonas de abordaje a aceptar un plan de cooperación internacional que organice la recepción y los puntos de acceso en los lugares de partida para la inmigración. Finalmente, en el nuevo escenario internacional que se ha abierto con el intervencionismo deplorable de Trump y la reactividad de la Federación de Rusia, no sería imposible encontrar aliados para una auténtica operación de "policía internacional" como esta. Todo lo demás, todas las medidas a medias, todos los trucos inventados hasta ahora, son totalmente inútiles.
Acéptanos de lo que quieras, dinos populistas, demagogos y hombres sin corazón, pero Italia necesita desesperadamente organizar este bloqueo naval. No nos cansaremos de gritar.
Gianni Alemanno

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